Fase Oral. Comprende los doce-dieciocho primeros meses. Está relacionada con el placer del bebé en el momento de la alimentación. La satisfacción ligada en un primer momento al acto de comer, adquirirá pronto autonomía, como en el caso del mero chupeteo, y se convertirá a su vez, en el prototipo inicial de toda satisfacción.
Fase Oral-sádica. Segunda etapa de la fase oral, ligada al acto de morder. Dado que la nueva adquisición tiene un sentido, da lugar a la aparición del concepto de ambivalencia (relación de amor-odio respecto a un mismo objeto).
Fase Anal. Se extiende entre los dieciocho meses y los cuatro años. El ano se constituye en la zona erógena (fuente corporal de excitación) por excelencia. Otra característica de esta fase es la aparición de la polaridad actividad- pasividad, ligada a la posibilidad tanto de retener como expulsar los excrementos.
Fase Fálica. En este momento, las pulsiones parciales de fases precedentes se concretan en una cierta primacía de lo genital. Es la primera organización libidinal del niño respecto al caos de las pulsiones parciales anteriores (orales-anales), que se completará en la pubertad.
De la forma específica en que se afronten las distintas fases, dependerán las características psíquicas del sujeto. Desde un punto de vista patológico, las perturbaciones en las distintas fases darán lugar a fijaciones o regresiones, que se traducirán en el adulto en estados de neurosis o psicosis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario