miércoles, 12 de octubre de 2011

Conceptos y variables en la investigación social –Korn, Lazarsfeld, Barton y Menzel-

Conceptos y variables en la investigación social –Korn, Lazarsfeld, Barton y Menzel-
Los conceptos clasificatorios provienen de distintas fuentes. El sentido común del lenguaje y la experiencia cotidiana sugieren algunos: la honestidad de un hombre, la exclusividad de un colegio.
En cada uno de estos esfuerzos clasificatorios subyace lo que denominaremos una observación originante: hay variaciones y diferencias que deben ser explicadas. La “explicación” consiste en una propiedad subyacente o latente, vagamente expresada, con respecto a la cual difieren gente o colectivos. Se pueden discernir cuatro pasos en la traducción de este conjunto de imágenes en instrumentos de investigación empírica:
1-El conjunto de imágenes originales, se expresa en palabras y se comunica mediante ejemplos; se realizan intentos de definición.
2-En el análisis conceptual, se mencionan varios indicadores, los cuales ayudan a decidir la pertinencia de un objeto concreto dado de acuerdo con el nuevo concepto clasificatorio. A medida que la discusión del concepto se amplía el número de indicadores elegibles aumenta; denominaré al conjunto de éstos  universo de indicadores.
3-Debemos seleccionar un subconjunto de indicadores que se toma entonces como base para el trabajo empírico
4-Finalmente, tenemos que combinar los indicadores en alguna clase de índice.
Indicadores expresivos y predictivos
La distinción, como toda dicotomía de este tipo, sólo se justifica por razones de conveniencia, y se centra en los extremos de una serie. Se refiere al lugar que los indicadores ocupan en los procesos hipotéticos que median entre la observación originante y el conjunto de imágenes conceptuales que se desarrollan para organizarla
La dirección de los indicadores
Casi todos los conceptos clasificatorios se derivan de la siguiente manera; se observan variaciones empíricas y se las explica por una noción más general, un “rasgo subyacente”. Los indicadores para este rasgo apuntan a la nueva unidad que se va a construir, pero su elección está dictada también por la observación originante.
En muchas mediciones de este tipo es posible que exista un predominio secular de los indicadores expresivos sobre los predictivos. Originalmente, el mismo conjunto de imágenes conceptuales –y los correspondientes indicadores expresivos- se acopia a diferentes observaciones empíricas a las que se supone que explica. De allí se pasa a distintos subgrupos de indicadores predictivos. Finalmente, éstos se fusionan y toman funciones expresivas para una variable generalizada.
La naturaleza formal de una variante tiene necesariamente relación con la observación originante o con el correspondiente conjunto de imágenes conceptuales
Hay casos límite en los que ciertos conceptos clasificatorios empiezan y permanecen en uno de los dos extremos del continuo expresivo-predictivo.
“Reespecificación”. Consiste en proporcionar un conjunto de imágenes conceptuales transformando un clasificador incidental en una variable.
La distinción entre indicadores expresivos y predictivos nos permite relacionar varios estudios entre sí y localizar problemas y controversias a fin de que su “agenda oculta” resulte más explícita.
El muestreo de indicadores
Intercambiabilidad de índices. Dado que un gran universo de ítems, cualquiera que sea la muestra de ítems que se seleccione para formar el instrumento clasificatorio, no se hallarán grandes diferencias.
(…) Este resultado, sin embargo, es inevitable, y sus consecuencias son limitadas. Es inevitable porque los indicadores pueden, en el mejor de los casos, tener sólo una relación inferencial con el factor subyacente buscado. Para denominar a l procedimiento total se podría utilizar el término “proceso de diagnóstico”.
La certeza de la inferencia de características latentes a través de datos manifiestos depende de muchos factores. Uno de ellos es el grado en que la pregunta indicador está sujeta a interpretaciones diversas. Pocas veces es posible formular una pregunta en la que las respuestas admitan un solo significado. Las experiencias del encuestado inmediatamente previas a la entrevistas pueden influir en la respuesta. Resumiendo, todos los indicadores están relacionados sólo probabilísticamente con una presunta clasificación subyacente. En ciencias sociales, todas las clasificaciones de este tipo tienen que ser “impuras-.
Este hecho tiene consecuencias dobles. Una de ellas es alentadora. Si tenemos una cantidad razonable de ítems indicadores, no importa entonces, en la mayoría de los casos, qué conjunto usamos para formar nuestro índice. Esto es cierto siempre que nuestra intención sea hallar relaciones estadísticas entre un número de variables y no la clasificación correcta para cada variable.
Los hallazgos de la investigación social empírica son, en grado considerable, invariantes cuando se hacen sustituciones razonables de un índice por otro.
Esta regla se basa en la práctica diversificada de la investigación. Para traducir un concepto bastante amplio pero no específico en un instrumento para la investigación empírica, habrá siempre un gran número de indicadores elegibles para un índice clasificatorio. Un número relativamente pequeño de tales ítems es prácticamente más manuable. Si elegimos dos conjuntos de ítems razonables para formar dos índices alternativos habitualmente encontramos que 1) los dos índices están relacionados, pero no clasifican a todas las personas de la misma manera; y 2) los dos índices conducen a los mismos resultados empíricos si se hacen tabulaciones cruzadas separadas con una tercera variable  “externa”.
Si bien la regla de la “intercambiabilidad de índices” es una de las bases de la investigación social empírica, se paga un precio de las bases de la investigación social empírica, se paga un precio alto e inevitable por sus consecuencias beneficiosas. Puesto que nunca podremos lograr clasificaciones “puras”, habrá siempre un cierto número de casos que quedará mal clasificado y, por lo tanto, nuestros hallazgos empíricos serán menos claros de lo que serían si pudiéramos, de alguna manera, obtener medidas precisas para las variables objeto de nuestro estudio-

“Operacionalismo”, se centra en el problema a determinar si la inteligencia es aquello que un test de inteligencia mide
Las así llamadas definiciones nominales son esencialmente declaraciones de propósitos; el investigador trata de comunicar lo mejor posible la clasificación que está utilizando cuando habla de inteligencia, cohesión social o ubicación en la sociedad. Procede entonces a hacer una especificación del significado desarrollando su universo de ítems, proceso que es, en principio, ilimitado. Para los fines de la investigación debemos por lo tanto trabajar con subconjuntos de este universo: muestras de ítems, si la palabra muestra se usa en un sentido amplio.

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